EXTRET DE Reconstrucción Comunista
No son pocos los que, al leernos en épocas electorales, nos recomiendan la lectura de “La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo”,
del maestro Lenin. Aludiendo a dicha obra, y debido a nuestra postura
de abstención electoral frente a los procesos electorales en este
estado, sacan citas de contexto con la intención de desacreditarnos.
Nosotros recurrimos a él muy a menudo también:
“Indudablemente,
quien de un modo general siguiera sosteniendo la vieja afirmación de
que abstenerse de participar en los parlamentos burgueses es inadmisible
en todas las circunstancias, estaría en un error. No puedo intentar
formular aquí las condiciones en que es útil el boicot. (…)La
experiencia rusa nos da una aplicación feliz y acertada (1905) y otra
equivocada (1906) del boicot por los bolcheviques. Analizando el primer
caso, vemos: los bolcheviques consiguieron impedir la convocatoria del
parlamento reaccionario por el Poder reaccionario, en un momento en que
la acción revolucionaria extraparlamentaria de las masas
(particularmente las huelgas) crecía con excepcional rapidez”.
“La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo”, LENIN
No
obstante, nuestra postura se basa, a diferencia de aquella de los
revisionistas, en las circunstancias concretas de este estado, y no en
generalidades abstractas como suele hacer el revisionismo. Nosotros,
como decía el maestro, somos flexibles en la estrategia y la táctica, e
inflexibles en los principios, a diferencia de los revisionistas que
ponen los principios al servicio de la táctica y la estrategia. Lenin se
basó en circunstancias concretas a la hora de escribir sobre la Duma:
“¿Qué
significa un boicot activo a la Duma? (…) ¿Por qué nos negamos a
participar en las elecciones? Porque si participáramos en las
elecciones, involuntariamente ayudaríamos a mantener en el pueblo la fe
en la Duma y debilitaríamos con ello el vigor de nuestra lucha contra un
remedo de representación popular”.
"¿Debemos boicotear la duma del Estado?", LENIN
En
primer lugar nos gustaría reseñar que los procesos electorales no son
más que una forma de medir el índice de conciencia de la clase obrera en
un momento dado y que en esta fase histórica no va a ir a más (como
decía Engels). Es decir, no podemos condicionar toda nuestra actividad
hacia un proceso tan insignificante que no es más que un elemento
secundario, un elemento que no es más que una parte de la lucha legal,
que es la menos importante y que debe usarse única y exclusivamente para
fomentar la parte clandestina. La parte clandestina es la más
importante. Es la que nos posibilitará la toma del poder. En el
siguiente estracto, el camarada Enver Hoxha lo deja bastante claro:
“Observamos
que en Europa los marxistas-leninistas no han llegado todavía a
comprender debidamente la necesidad de organizar la actividad del
partido en la clandestinidad y la semiclandestinidad. En este sentido
influye considerablemente la actividad de los revisionistas. Si bien los
nuevos partidos marxista-leninistas no se plantean seguir la vía
parlamentaria, tienden a desarrollar toda su actividad de forma legal,
como hacen los partidos revisionistas. Piensan que pasando a la
semiclandestinidad o la clandestinidad total, no podrían hacer nada. Les
parece que no trabajarían haciendo pasar una parte de sus militantes a
la clandestinidad a fin de que se conviertan en el núcleo principal de
toda la actividad del partido. Por tanto, no comprenden la importancia
de crear un núcleo fuerte en condiciones de clandestinidad."
Antes
de entrar a explicar nuestra posición de abstención activa en el estado
español, queremos también desarrollar otras dos cuestiones; en primer
lugar, la caracterización de clase de un estado, es decir,de la
dominación de clase; y en segundo lugar, la estructura del partido de
nuevo tipo, del partido de vanguardia. Comenzaremos por lo primero.
Pasamos
a analizar la caracterización de clase con un texto extraído de “La
ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional en la lucha por
la unidad de la clase obrera contra el fascismo” de Jorge Dimitrov.
“El
desarrollo del fascismo y la propia dictadura fascista revisten en los
distintos países formas diferentes, según las condiciones históricas,
sociales y económicas, las particularidades nacionales y la posición
internacional de cada país. En unos países, principalmente allí, donde
el fascismo no cuenta con una amplia base de masas y donde la lucha
entre los distintos grupos en el campo de la propia burguesía fascista
es bastante dura, el fascismo no se decide inmediatamente a acabar con
el parlamento y permite a los demás partidos burgueses, así como a la
socialdemocracia, cierta legalidad. En otros países, donde la burguesía
dominante teme el próximo estallido de la revolución, el fascismo
establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien
intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos
los partidos y agrupaciones rivales, lo cual no excluye que el fascismo,
en el momento en que se agudezca de un modo especial su situación,
intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de
clase- la dictadura terrorista abierta con una burda falsificación del
parlamentarismo.
La
subida del fascismo al poder no es un simple cambio de un gobierno
burgués por otro, sino la sustitución de una forma estatal de la
dominación de clase de la burguesía -la democracia burguesa- por otra,
por la dictadura terrorista abierta. Pasar por alto esta diferencia
sería un error grave, que impediría al proletariado revolucionario
movilizar a las más amplias capas de los trabajadores de la ciudad y del
campo para luchar contra la amenaza de la toma del poder por los
fascistas, así como aprovechar las contradicciones existentes en el
campo de la propia burguesía. Sin embargo, no menos grave y peligroso es
el error de no apreciar suficientemente el significado que tienen para
la instauración de la dictadura fascista las medidas reaccionarias de la
burguesía que se intensifican actualmente en los países de democracia
burguesia, medidas que reprimen las libertades democráticas de los
trabajadores, restringen y falsean los derechos del parlamento y agravan
las medidas de represión contra el movimiento revolucionario.
Camaradas,
no hay que representarse la subida del fascismo al poder de una forma
tan simplista y llana, como si un comité cualquiera del capital
financiero tomase el acuerdo de implantar en tal o cual día la dictadura
fascista. En realidad, el fascismo llega generalmente al poder en
lucha, a veces enconada, con los viejos partidos burgueses o con
determinada parte de éstos, en lucha incluso en el seno del propio campo
fascista, que muchas veces conduce a choques armados, como hemos visto
en Alemania, Austria y otros países. Todo esto, sin embargo, no
disminuye la significación del hecho de que, antes de la instauración de
la dictadura fascista, los gobiernos burgueses pasen habitualmente por
una serie de etapas preparatorias y realicen una serie de medidas
reaccionarias, que facilitan directamente el acceso del fascismo al
poder. Todo el que no luche en estas etapas preparatorias contra las
medidas reaccionarias de la burguesía y contra el creciente fascismo, no
está en condiciones de impedir la victoria del fascismo, sino que, por
el contrario, la facilitará.”
Extraemos
de aquí varias cosas; la primera es que en un estado donde esté
implantado el fascismo, o que esté en un grado de fascistización tan
agudo que el fascismo está en ciernes, no se puede participar en los
procesos electorales, lo que supondría estar legitimando el sistema.
Sólo hay dos tipos de dominación Burguesa; la democrática y la dictadura
terrorista abierta (el fascismo), por lo que no hay términos medios. La
fascistización no es más que el pequeño tiempo que va desde la fase
democrática a la autoritaria, y como dice Dimitrov, una vez que empieza
ya no es reversible, salvo que se destruya el poder burgués
sustituyéndolo por el nuevo poder proletario. Pero esto nunca se
conseguirá mediante la participación electoral. Aquí hacemos la
diferencia con el concepto revisionista de fascistización como si fuera
una tercera forma de dominación burguesa. Basta de hipocresías y
mentiras a la clase obrera para justificar el electoralismo; la
dominación o es democrática o es autoritaria (fascismo).
Por
último, antes de centrarnos en nuestra posición concreta, queremos
hablar sobre el partido de nuevo tipo y su estructura. Creemos que esta
cita de Argala lo ejemplifica muy bien:
"La
diferencia entre partido de vanguardia (homogéneo, de cuadros,
semiclandestino y marxista-leninista) y partido de masas populista
(amplio, de masas, público e incluso electoral) está en la base de saber
hacer avanzar todo proceso revolucionario, un Partido de vanguardia sin
una unidad amplia está condenado al sectarismo y a la desaparición
paulatina. A su vez, una unidad popular que englobe amplios sectores
populares necesita de un Partido de vanguardia, pequeño en número pero
fuerte en lo ideológico, para no caer en soluciones 'fáciles' en el
corto plazo que derivan en la claudicación y en no llevar hasta el final
el proceso de liberación nacional hasta el socialismo"
En
ciertas condiciones hay que participar en los procesos electorales, por
supuesto, no queremos caer en el izquierdismo, aunque nos acusen de
ello los revisionistas derechistas. Por tanto, sólo se puede participar
en un proceso electoral teniendo en cuenta:
-Primero,
un partido de vanguardia, con estructura de partido de vanguardia. Las
elecciones no son más que una parte de la lucha legal, totalmente
secundaria, y no se participa en ellas convirtiendo el partido, como han
hecho los revisionistas, en un partido de masas que sirve a los
intereses de la burguesía.
-Segundo,
que sólo se puede participar en un proceso electoral con dominación
burguesa democrática ya que con la dominación autoritaria es imposible.
Los comunistas acaban en la cárcel y asesinados como en España mientras
los socialdemócratas realizan fiestas electorales.
-Tercero,
que sólo se participa en el proceso electoral para fomentar y reforzar,
junto al resto de la lucha legal, la parte clandestina del Partido,
que, insistimos, es la más importante.
Es
por estas tres razones que abogamos por la abstención activa. Ni
vivimos en un país democrático, de dominación democrática, ni hay ningún
partido de estructura de nuevo tipo, ningún partido comunista “legal”
que no sea revisionista que se pueda presentar a las elecciones. Por
tanto, no hay lucha legal que refuerce ninguna parte clandestina.
Nuestras
críticas a los partidos revisionistas, especialmente PCE y PCPE, no son
por el hecho genérico de querer presentarse a las elecciones, sino
porque se presentan aquí, porque son partidos electoralistas, se centran
exclusivamente en el electoralismo, el espontaneísmo seguidista de las
masas y el economicismo. Nuestra postura se debe a las circunstancias
concretas y a las características concretas del estado español.
Y ya que les gusta tanto recomendar y aconsejar, nos gustaría recomendarles “La revolución proletaria y el renegado Kautsky”, aunque, a la vista está, Kautsky estaba mucho más avanzado que ellos, lo cual no dice mucho de los mismos.
"El alma del marxismo es el análisis concreto
de la situación concreta" Lenin
RECONSTRUCCIÓN COMUNISTA (RC)