Bueno,
pues ya tenemos las primeras medidas del partido que tantos (incluso
gente honesta) anhelaban que llegara al Gobierno. Realicemos un breve
análisis, bajo un punto de vista sencillo y popular para que todos lo
comprendan, porque si acuden a leer las peroratas de los licenciados
vidrieras progres, no se enterarán de la misa, la mitad.
La
desviación del déficit que ha “encontrado” el Gobierno, es una
justificación tan pueril como relativa porque se mueve en el terreno de
la especulación y la hipótesis; sin embargo les viene bien para
justificar el porqué no aplicarán su programa electoral (esos programas
que todos se pasan por el forro) que no contemplaba la subida de
impuestos.
No
suben el IVA, es cierto, pero suben el IRPF; por tanto escasas
diferencias. De una u otra manera se consumirá menos, ergo no habrá
crecimiento. A eso le unimos la subida del impuesto por vivienda propia
(IBI) que gravará a millones de personas. La subida “positiva” del 1 por
ciento de las pensiones es tan ridícula que no merecería la pena mi
mencionarla, y la congelación del salario mínimo es sencillamente, como
ya dijimos, no un recorte, sino un acto fascista.
Todo
eso será cargado, no sólo sobre los más desposeídos, sino también en
las espaldas de la clase media, una clase traidora, una clase que
procede fundamentalmente de la aristocracia obrera, una clase ideada por
el capitalismo para que le haga de cochón entre la burguesía y el
proletariado. Las clases medias van a ser exterminadas, ya sabemos de
antiguo cómo Roma paga a los traidores.
Nos
advierten que esto es “el principio del principio”, por eso seguirán
generando empleo uniformado, es decir, militares, guardias civiles y
policías diciéndonos a voces que se están preparando para prevenir
estallidos sociales. Este camino lo inició el PSOE y lo continúa el PP,
miren para atrás en la historia y verán que no es la primera vez que
sucede, pero ahora las circunstancias son diferentes con la presencia de
una crisis que no se va porque no se puede reenviar fuera, como hace
años.
Y
todo esto se desarrolla en un contexto internacional donde la barbarie
capitalista empujada por su bancarrota (en Alemania abundan ya los
salarios de miseria) sólo provocará más barbarie y genocidio. En ese
sentido, las amenazas contra Irán y una posible guerra contra ese país
traerán consecuencias catastróficas, pues la subida del precio del
petróleo será un desastre para sus maltrechas economías ¿Qué importancia
tendría que Irán poseyera una bomba atómica cuando EEUU, el país más
criminal del planeta, tiene miles?
Desde
aquí hacemos un llamamiento a los más jóvenes, a los que les han
arrebatado el futuro y el futuro de sus hijos si los tienen (yo no los
tendría): O se organizan consecuentemente, o se arman (metafóricamente
hablando) porque ellos sí lo están (y eso no es metáfora) o sólo les
quedará la esclavitud. Organízate, resiste, lucha y sal a la calle, o
estarás perdido.
Resistencia
no es terrorismo y el recurso a la lucha armada, que nadie desea
pero nos tememos que acabará surgiendo en muchos países, tampoco. Esa
lucha es un derecho legítimo cuando se confronta a un Estado opresor. No
lo decimos nosotros, lo dice la ONU.